viernes, 29 de julio de 2011

¿ESPERANZA?

PROSPECTIVA CRÍTICA Y SOCIAL

ESPERANZA

Fabio Grobart, prospectivista cubano nos hace reflexionar e ilustra de manera definitiva lo que decimos con esta prosa poética que él hace suya del dramaturgo brasileño Augusto Boal: "Esperanza" es una palabra traicionera, como pueden ser todas las palabras. Las palabras son medios de transporte, como un camión, un tren o una carretilla. Su valor depende de la carga que les pongamos dentro: nuestros deseos, sentimientos, ideas y emociones.
La palabra "esperanza" puede tener dos sentidos adversos. Aborrezco el primero: esperanza=esperar. ¿Hasta cuando? Identificar lo que va a ocurrir y quedarnos esperando a que ocurra. ¡Ya esperamos demasiado! Esa "esperanza" delega poderes en un futuro incierto y distante -y no al hoy, aquí y ahora-, como si en ese futuro estuviese la solución de nuestro problemas.
La palabra "esperanza" también puede ser entendida de otra forma que es la que me gusta: "esperanza" es una expectativa dinámica de algo inminente que va a ocurrir y que depende de nosotros. En este caso, no tenemos esperanza en el futuro que todavía no existe, sino en el presente que es donde inventamos ese futuro.
Esperanza en que tendrán éxitos las medidas que adoptamos hoy, en las acciones que emprendemos ahora, en los actos con que conducimos nuestras vidas a cada instante. ¡El futuro se edifica en el presente con pensamientos y, sobre todo, con acciones! Esa esperanza refleja confianza en nosotros mismos- nosotros, que asumimos la responsabilidad por nuestros actos: ¡sabemos lo que queremos, y vamos a conseguirlo!
Esperanza=esperar, es nociva porque afirma que "el futuro pertenece a Dios" y no a nosotros; desmoviliza. Como si no fuésemos responsables de nada, cuando, en verdad, somos responsables de casi todo, comenzando por nosotros mismos.
Esperanza=expectativa, es mejor porque es consecuencia y parte de nuestras acciones, revela confianza en aquello que hacemos, revela la certeza de que un mundo mejor es posible. ¡Depende de nosotros! De las palabras "esperanza" y "expectativa" nacen otras dos palabras casi iguales: "espectador", que es aquel que limita su expectativa a lo que va a ocurrir; y "espectador" que es aquel que observa lo que está ocurriendo.
Tenemos que inventar una tercera palabra: especta-autor, que es aquel que observa, analiza y así se prepara para hacer acontecer: Somos actores en la sociedad y tenemos que ser protagonistas de nuestras vidas. Tenemos que hacer acontecer.
Y Fabio termina:
Sólo tenemos el derecho a tener esperanza en el futuro si somos capaces de tener confianza en nosotros mismos, en el presente.
Pensar que podía llegar a ser presidente un obrero, un campesino, un gobierno radical en tiempos del gobierno de las corporaciones parecía imposible. Y ahí está Lula, está Evo Morales, está Chávez, está Michel Bachelet  y no menos son los cambios de Argentina, Ecuador y los que estén por venir. Las utopías pueden ser posibles. La prospectiva social sigue ese principio. Pero, efectivamente, las utopías sin una sistematización, sin herramientas no se pueden hacer posibles, la prospectiva dota de esas herramientas a la gente, por ello hay que hacerlas accesibles a todos.

CONSTRUCCIÓN, DECONSTRUCCIÓN, RECONSTRUCCIÓN
Una buena parte de nuestra vida pasamos dejando al tiempo la solución de nuestros problemas, hay muchos dichos alrededor de ello: el tiempo es sabio, déjalo al tiempo, esto sucederá, sino al tiempo... Y sin quererlo tal vez, ni siquiera ser consientes de ello permitimos que nuestro futuro sea colonizado, determinado por las instituciones, por el destino manifiesto, por las profecías que se auto cumplen: “El que nació para maceta, no pasa del corredor” o “De todos modos Juan te llamas…”Cuando nacemos nuestro futuro ya está determinado por nuestra familia, por la iglesia, por el Estado, por las televisoras, todos nos dicen donde está nuestro futuro, si nos casamos viviremos muy felices, habrá felicidad si conseguimos titularnos, tener un hijo, hacer dinero.
¿Cuántos de nosotros pensamos cómo será nuestra vida al cumplir cuarenta años, queremos algo tan general como trabajar pero, en qué, pensamos en que podríamos tener una pareja y tal vez hijos, pero cuántos, cómo en qué condiciones, dónde estaremos, cómo viviremos.
Schultz: Words, Dreams and action…)




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