viernes, 15 de julio de 2011

EL LABERINTO DE LA SOLEDAD

EL LABERINTO DE LA SOLEDAD

La frontera entre los Estados Unidos y México es política e histórica, no geográfica. La riqueza de los Estados Unidos y la pobreza de nuestro México se expresan usualmente en términos sociales y políticos. Los americanos son los hijos de la reforma y sus orígenes son aquellos del mundo moderno, subestiman al futuro y veneran el cambio. Sin embargo, en contrapunto a su inmoderado culto del futuro, los americanos continuamente están buscando sus raíces y sus orígenes; Nosotros los mexicanos somos los hijos del imperio Español, el campeón de la contrarreforma, un movimiento que se opuso a la modernidad y fracasó, nosotros buscamos las formas para modernizar a nuestro país y abrirlo al futuro. La historia de México desde hace más de 150 años ha sido la lucha por la modernización, una lucha que ha sido frecuentemente trágica y poco fructífera. Ignorar esto es ignorar lo que es México hoy en día, con sus vicisitudes económicas y el continuo zig zag de su sistema político. Durante el siglo 19 los mexicanos liberales vieron a la democracia americana como el prototipo de modernidad, esto los llevo a adoptar su sistema político  que fracaso principalmente por querer dar un salto de lo tradicional a la modernidad pues la sociedad mexicana no tenía ni los elementos técnicos e intelectuales, ni la clase media y burguesa que habían hecho posible el cambio en Europa y Estados Unidos. Nuestra gente y nuestros líderes de entonces no habían experimentado esa revolución espiritual, política y económica con la que se inicia la modernidad.    

Este es un párrafo extraído de un artículo del periódico “Times”, como se puede apreciar enmarca en gran parte lo que fue  y ha sido la ideología y realidad de México, sin duda alguna resume lo que Paz tiene en su libro hoy motivo de comentario.

A pesar de que Paz escribe el laberinto de la soledad fuera de México, y el en si pasa muchos años fuera de nuestro país, es sorprendente como retrata a la sociedad mexicana, no obstante percibo como se mantiene al margen de la problemática social y sólo proyecta desde un lugar de confort lo que para muchos de esa época era fácil de percibir y de escribir, lo plasmado en este libro no es el México del siglo 19; sino el México del siglo 20 y el actual, no es accidental que hayan pasado un sin fin de acontecimientos para descubrir al final que seguimos siendo una sociedad carente de modernidad y estancada en los mismos vicios culturales, es sorprendente como Paz no resalta mucho, como yo lo haría, el papel del estado en el desarrollo de los acontecimientos netamente políticos y económicos de ese tiempo, sería interesante conocer el grado de responsabilidad que nuestras autoridades de ese entonces tienen para el desarrollo y crecimiento intelectual y tecnológico en una sociedad impregnada de ignorancia, es muy ligero al referirse a este punto  y es comprensible pues el pertenece al selecto grupo de políticos que tienen el lápiz en la mano y escriben lo que el vencedor quiere; retrata muy bien a la sociedad dejando fuera tal vez al responsable principal de su atraso, pues primero nos explotaron los españoles y después al vernos libres nos explotamos a nosotros mismos y es ahí donde sentamos las bases de nuestro nulo desarrollo; siempre queriendo ser más que el otro, a toda costa y anteponiendo nuestros interese mezquinos por encima de los demás; explotando al débil e ignorante en lugar de salir todos adelante y ser una mejor sociedad. Su libro es eso, una foto de la sociedad mexicana y como tal se lee, pues una foto es difícil de cambiar sólo se le hacen unos retoques quedando lo esencial para siempre.       

Por otro lado, me llama mucho la atención la gran similitud que Paz tiene con la obra de Samuel Ramos, si bien es cierto que hay influencias de escritor a escritor, de corriente a corriente, de pensador a pensador; en fin, un sin número  de campos en los que se puede dar la influencia, pero lo que veo entre Ramos y Paz no es en sí una influencia, más bien me una similitud en terminología y conceptos, ambos desnudan a la sociedad mexicana desde su célula más pequeña que es el hombre mismo, sus conductas, vicios y estancamiento en colectivo y más; hacer un comparativo sobre ambas obras sería motivo de otro ensayo muy rico en su contenido, pues mientras Ramos maneja “El pelado” Paz lo refiere como “Los hijos de la malinche” y en ambas obras podemos ver que el tema central es resaltar al macho mexicano, la hombría y el carácter bélico de dicho macho mexicano y los dos libros manejan la frase “soy tu padre”. Ahora, haciendo un comparativo de las obras desde el punto de vista comercial, llama la atención que la obra de Ramos que fue primero que la de Paz tenga menos proyección popular, de ahí el interés por la comparación y análisis de dichas obras.

El laberinto de la soledad me deja un sabor agridulce, dulce porque es una obra que a pesar de tener tantos años de haberse publicado sigue siendo contemporánea, fue escrita por un mexicano quien en su momento se hizo acreedor a un Premio Nobel, presenta explícitamente la idiosincrasia de nosotros los mexicanos de una manera pintoresca y hasta cierto punto humorística; y agria, porque tristemente me doy cuenta que nuestra sociedad sigue siendo la misma de hace 40 años, abusos del grupo en el poder, la riqueza en manos de unos cuantos, la hipocresía y las mascaras que usamos a diario para poder seguir avanzando, el pulular de muchos hijos de la … malinche y el atraso de nuestra sociedad en general por las famosas tradiciones populares que no se pueden erradicar, encaminadas en más de las ocasiones al degenere y fanatismo que a una creencia religiosa.

No quiero ser pesimista, simplemente soy realista y creo que un aspecto que tiene la sociedad mexicana como característica difícil de erradicar es el individualismo, existimos muchas personas valiosas y con deseos de cambiar nuestro país, trabajamos arduamente y nos ponemos la camiseta y además la sudamos pero estamos fragmentados y eso conviene por un lado al grupo en el poder y por el otro sigue lacerando al estancamiento social, estoy convencido que cada uno de nosotros debe iniciar un cambio de actitud desde su trinchera y más nosotros como docentes pues somos parte central en el proceso de formación de más de uno, pero sería más fácil si se trabajara en equipo y que el cambio de actitud no se diera en un docente sino en 5 u 8 en cada escuela y así multiplicar el cambio que necesita México a mayor velocidad pues de otra manera nos seguirá comiendo la globalidad, mi compromiso sigue latente como lo he hecho por muchos años, dar mejor de mi en cada aula que piso.








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